COMENTARIO DE ANDREINA BENITEZ «Noches Merlinas» en Amigos de Merlo

Con Ludmila y Macarena Montivero comenzó esta noche de teatro con tres propuestas. Danza-teatro, una muestra de la escuela de teatro para adultos del profesor Diego Gatto y finalmente “Parece ser que me fui” obra de Mariana Barbera.
Comenzando fuera de la sala, con la propuesta de recorrer el espacio horizontal, vertical y temporal con un perfil muy contemporáneo donde los cuerpos construyen y desarman recorridos y modos de ocupar y replegarse en sus mismas acciones. En el espacio verde del Teatro, dos personajes que se encuentran y desencuentran en sus recorridos e historias, que se rosan e ignoran, que se reflejan en sus decisiones y en el modo en que ellas interactúan, Capaces de doblegarse a lo más rígido quiebran sus propios límites. Con Música, vestuario y coreografía propios las hermanas Montivero nos regalan su más sincera manera de entender la danza.
Luego el Grupo de Teatro de Adultos de Diego Gatto nos invitaron a ser testigo de las más íntimas miserias de la vida conyugal, de lo que implica convivir con los otros: aquellos que vienen de “regalo” junto a la pareja de quien nos enamoramos. Una pequeña muestra de lo que será la obra total, nos dejó espiar por una rendija lo que se vendrá a fin de año.
“Parece ser que me fui”, una obra sumamente poética, que juega con lo más simple del lenguaje gestual y corporal. Despojando de construcciones complejas aquello que menos podemos dominar: nuestras expresiones primarias, los tonos de voz, las frases inconclusas, los silencios, las muletillas, las reacciones.
El mundo interno de Marta aflora sin filtro, sale de una aletargada “penitencia”, casi sin haber sido una decisión, sino más bien un proceso inevitable.
El cuerpo se desboca, sale de las fronteras y sacude la mente sin frenos. Cuando se quiebra el límite, lo conocido queda atrás desmoronándose y resonando sus ruinas. Luego de haber sido contenedores, los temores y nostalgias de Marta comienzan a corromperse en un contenido sin extremo que comienza a tensar los límites entre el refugio y la celda.
Muy femenina y tiernamente , con música y técnica intimista, Mariana Barbera, Ricardo Sica y Agustín Flores Muñoz, mas la dirección de Raquel Sokolowiczy la producción de Mariano Mandetta, nos envuelven en una intimidad compartida, que llega a la orilla de cada receptor como un oleaje que nos va tocando cada fibra sea cual fuera la identidad de género a la que cada une pertenezca, porque después de todo los limites muchas veces cobran vida cuando se rompen, como si nos pareciera ser que nos fuimos.